Nuestro sistema de creencias está anclado en un punto falso por siglos de manipulación, donde se ha ido inculcando que enfermar es algo corriente y normal, donde los medicamentos son necesarios para tener una mínima salud, donde la mayoría de las enfermedades se heredan.
Nada más lejos de la realidad…..
La enfermedad es algo corriente y normal porque nuestra forma de vivir es anormal, vivimos para trabajar y para aportar y ser algo estipulado, lejos de ser y aportar aquello que deseamos. Nuestro estilo de vida es lo que ha hecho que enfermar sea visto como algo cotidiano y normal.
Los medicamentos no curan, esconden la enfermedad y, la mayoría de ellos, son prescritos como medio de prevención y cuyo resultado es el origen de otras enfermedades causados por ellos.
Se nos ha hecho creer que la enfermedad está disponible en nuestros genes desde que nacemos pero, tal cual, es erróneo. Pensamos que si nuestro padre murió de infarto nosotros moriremos de infarto, si nuestra abuela o nuestra madre tuvo diabetes nosotros tenemos muchas probabilidades de padecer diabetes.
Fijáos en esto….”pensamos que….” Ese es el detonante.
En realidad, la enfermedad no se hereda, no es hereditaria. Lo que realmente se hereda, y queda disponible en nuestros genes, es la creencia en la enfermedad. ¿Y quién de nosotros, hoy en día, no cree en la enfermedad?
Claro que no puedo demostrar esto científicamente pero sí bajo una observación de las circunstancias actuales que nos rodean.
Si considero al ser humano como un ser espiritual que lleva encarnando cientos de siglos durante, los cuales, ha experimentado cientos de enfermedades; si éstas fueran realmente hereditarias el ser humano, recién encarnado, siendo un bebé, ya estaría gravemente enfermo de múltiples enfermedades. No le dejarían apenas vivir.
Sin embargo, el ser humano reencarna y, en algunos casos, desarrolla durante su vida determinada enfermedad, en otros casos, no la desarrolla y, cada vez más habitual y frecuente, se vienen dando los casos en que las enfermedades conocidas y, cada vez más habituales, las enfermedades raras, se dan a más temprana edad.
Lo que hace que se desarrolle la enfermedad en unos casos, en otros no y en edades cada vez más tempranas tiene mucho que ver con la reencarnación.
Todos observamos cómo nuestros hijos son totalmente distintos a cómo éramos nosotros, no me refiero a intelectualmente, sino a su sistema de valores éticos y morales. Observamos cómo algunos, desde muy pequeños, tienen claro que han de amar a los animales, algunos no quieren comer carne, otros te hablan de sus ángeles como algo normal, quienes recuerdan parte de sus vidas, quienes ven a los fallecidos vagando por sus casas, quienes se sienten dados de lado en sus colegios por su forma de ser, por no gustarles los juegos bruscos, etc. etc.
Podemos decir que nuestros hijos son de un nivel espiritual más elevado que el nuestro, de hecho, son nuestros maestros, vienen a enseñarnos dónde nos equivocamos para que podamos corregirlo. Esto es algo que muchos de nosotros tenemos claro.
Siendo de un nivel espiritual más elevado, lo normal es que quieran, al encarnar cargar con aquellas cosas no resueltas en la familia y que deban ser solucionadas. De hecho, es así como sucede.
Nuestros hijos heredan todo aquello que no estaba resuelto en el momento de su concepción, me estoy refiriendo a una infinidad de problemas, enfermedades, bloqueos, limitaciones, etc de las cuales muchas veces no somos ni tan siquiera conscientes.
Qué carga es la que acepta cada hijo que traemos al mundo es algo que depende de su potencial y capacidades espirituales para resolverlas y, por supuesto, es de libre elección.
Todos sabemos que venimos a experimentar y que, gracias a esa experimentación, podemos lograr un desarrollo y crecimiento espiritual. Así que a todos nos apremia liberar y liberar los mal llamados problemas en las que debemos incluir la enfermedad.
Normalmente, cuando sucede este tipo de cosas en la familia, solemos hablar de que existen patrones. Decimos que un patrón es repetitivo cuando el mismo hecho se repite en distintas personas del árbol familiar.
La enfermedad, al fin y al cabo, no deja de ser un patrón hereditario.
Si unimos los dos conceptos: que, en cada concepción, encarna un ser de mayor elevación espiritual, que encarnamos para solucionar y liberar los mayores obstáculos que nos lastran; entonces, por lógica, en cada familia habrá un miembro que cargue con tal enfermedad, de igual manera que, otros miembros, cargarán con ciertos aspectos bloqueantes y/o limitantes que se den en la familia.
Por eso, cada vez son más los casos en los que la enfermedad se da en niños cada vez más jóvenes, incluso en bebés recién nacidos. Vienen ya con esa carga porque son capaces de liberarse de ella, forma parte de su aprendizaje y, por supuesto, también de su enseñanza a quienes le rodean.
Por otro lado, hay personas que, no habiendo asumido dicho carga, acaban desarrollando la enfermedad que anteriormente tuvo su padre, madre, abuelo, … El sistema de creencias es lo que se hereda. Observen atrás a su familia, a sus abuelos y bisabuelos y descubrirán cómo han ido progresando en sus creencias y todos los miembros, prácticamente, han ido al unísono en su sistema de creencias.
Así que, al heredar el sistema de creencias cualquier cosa que experimente como algo traumático o negativo, puede hacer despertar la idea en la enfermedad familiar y desarrollarla.
Llegados a este punto algunos pensarán que es indiferente el motivo por el que se origine la enfermedad puesto que la misma se origina y es algo real, algo físico; entonces, ¿por qué digo que es una ilusión?
Es muy sencilla la explicación, tanto que parecerá increíble.
Es una ilusión porque si lo que heredo es una creencia significa que lo ha creado mi mente y si mi mente puede crearla también puede eliminarla. No existe, si yo no quiero. Todo depende de mí, de nadie más.
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