Lo que es ya no es ni será, lo que pudo ser se desvaneció, y lo que sería ya no se dará.
La realidad cambia en cuestión de segundos, cualquiera puede cambiarla.
Todos tenemos ese poder.
Sin embargo, no me gusta esta realidad cambiante. A veces, añoro cuanto guardaba su imperfecto, alocado e incomprensible orden.
Ahora debemos construir nuestra realidad a sabiendas que cualquiera podrá cambiarla.
No sé cuánto durará este último tramo, seguramente más de lo que deseara pues la desesperación deja huella profunda en el deseo, luchando mente contra mente.
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