Si nos pusiéramos a enumerar los distintos miedos que conviven con las personas, la lista podría llegar a convertirse en infinita.
Pero todos los miedos, sea cual sea éste, tienen un origen y un objetivo común. De acuerdo a estos factores comunes podemos decir que hay un miedo principal, a partir del cual, todos los demás se dan lugar.
El miedo no es otra cosa que energía, energía vibrando en una vibración y una frecuencia bastante bajas. Como energía, su objetivo último es seguir desarrollándose. Todo tiende a desarrollarse en el Universo. La energía no desaparece, simplemente se transforma, cambia. Así que, el miedo, como tal, tiene un objetivo claro, seguir desarrollándose.
Para conseguir crecer y desarrollarse, esa energía, ya instalada en nuestro cuerpo mental, incita a la mente con una serie de avisos atemorizantes, imágenes de hechos pasados, pensamientos catastróficos de un futuro incierto, etc. El hecho de que prestemos atención a estos avisos, imágenes, recuerdos y pensamientos hace que la energía del miedo, habitando en nuestro interior, siga creciendo, desarrollándose y afianzándose en nosotros.
Este es su objetivo, crecer. Y así lo consigue, incitando.
El origen del miedo reside en nuestra mente subconsciente. Evidentemente, hablando de miedo no podría dejarse ver claramente.
El subconsciente es una parte de nuestra mente que se desarrolla a través de impresiones que le vienen de la mente consciente. Así va generando una serie de impresiones, la mayoría de ellas sin sentido, que brotarán en la mente consciente cuando estemos viviendo experiencias similares a la impronta que está guardada en el subconsciente.
Por ejemplo, cuando somos niños suceden un montón de cosas que no comprendemos como puede ser el ver un trozo de una película que estén viendo los adultos en la televisión; la picadura de una avispa; los gigantes y cabezudos en los pasacalles, etc. Todo son cosas normales que, cuando somos adultos, consideramos absurdas y, sin embargo, dejaron una impronta negativa en nuestra mente subconsciente que irá apareciendo durante toda nuestra vida.
Y ese es su origen.
La pregunta que debemos hacernos ahora es, sabiendo esto, ¿cómo podemos trascender el miedo?
De manera consciente ya sabes que es algo que obedece a una impronta antigua y que, tan solo, debes continuar hacia adelante. No obstante, a veces el miedo es tan paralizante que no nos permite hacerlo.
La otra opción es comprender que, el miedo, como energía, tiende a desarrollarse. Así que, hará todo lo posible para incitarnos a tener pensamientos que desarrollen determinadas emociones que la sigan alimentando.
Y cuándo nos incitará a tener ese tipo de pensamientos? Cuando la experiencia próxima que vayas a vivir te lleve a sentir felicidad. El estado de felicidad va aumentando la vibración de tus energías, de forma que el miedo, acaba siendo trasmutado.
Como vivimos en un mundo de polaridad siempre hay dos opciones, dos caminos: la energía puede seguir desarrollándose en negativo o bien, en positivo. Quien toma la decisión de cómo debe la energía desarrollarse es la propia persona. Solo depende de nosotros mismos, únicamente de nosotros.
Por supuesto que estaréis pensando que todo esto queda muy bonito al leerlo pero que la práctica es totalmente distinta y difícil. En realidad, es así de sencillo.
La mayor parte de las decisiones que he tomado en mi vida vinieron precedidas de muchísimo miedo, tanto que, en algunas ocasiones, se soltaron mis intestinos durante días. Siempre decidí continuar hacia adelante, en todas las ocasiones y, a día de hoy, os puedo asegurar que fueron las mejores decisiones que tomé pues todas ellas me han llevado a experimentar felicidad.
Para mí el hecho de que aparezca el miedo es un chivato que me dice….”ese es el camino que debes tomar, es el camino que te procurará bienestar, tranquilidad, calma, felicidad….lo que sea que estés buscando.”
Si aún no tienes esa comprensión interna, no te preocupes, ve afrontando pequeños miedos y observa los cambios que en tu interior se producen; irás dándote cuenta cómo vas sintiendo una gran liberación y tranquilidad dentro de ti e incluso, tu propia mente empezará a ir incitándote a afrontar otros miedos que tengas.
Si llegas a tener esa conciencia elevada en la cual acabas comprendiendo internamente cómo funcionan las energías y cómo funciona tu mente, entonces, el miedo será tu mayor aliado, quien guiará a buen puerto tus pasos en la vida.
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